Historia

Transportes Sosa López S. A., una empresa con cincuenta y siete años de tener sus puertas abiertas para los amigos huehuetecos y capitalinos. Pero ¿cómo empezó todo? Sentados en el jardín de su casa, entre sonrisas, suspiros y anécdotas el señor Mario Roberto Sosa y su esposa Raquel de Sosa, relatan la historia de cómo han logrado que Los Halcones, todos los días, de día y de noche, recorran la carretera interamericana de Huehuetenango a Guatemala y viceversa.

El distinguido señor Mario Roberto Sosa, nace el 22 de julio de 1927, estudia hasta sexto primaria en la reconocida Escuela Salvador Osorio y se retira de los pupitres a sus trece años, aquel adolescente decide empezar a trabajar para ayudar a su madrecita doña Rosita Sosa, obtiene su primer trabajo en la zapatería del tío Jacinto Sosa, un hermano de su mamá, y permanece en esta zapatería de nombre Victoria por dos años.

Su siguiente trabajo lo encamina hacia el logro de un gran sueño, don Mario empieza a trabajar como mecánico y aprende a manejar con don Vicente López durante cinco años, durante este tiempo, el señor Sosa pide un préstamo y también ahorra disciplinadamente para pagar su boleto de Aviateca por Q5.00 y viajar a Guatemala para comprar su primer camión, éste era un camión Fargo, de fletes, de sesenta quintales y con frenos de varillas de hierro, fue entonces un 15 de mayo de 1948 cuando logra tener su primer vehículo de transporte pesado.

Cuenta don Mario Roberto Sosa que al tener su primer camión sabía que podía lograr obtener otro, así que se trazó la meta de pagar su préstamo inicial, seguir ahorrando y sacarle el máximo provecho a su vehículo, entonces, empezó a hacer fletes de San Sebastián Huehuetenango a Huehuetenango, de Huehuetenango a Retalhuleu y de Huehuetenango a Mazatenango, para estas rutas él transportaba café, puesto que era el principal producto que generalmente le pedían llevar a estos lugares, inteligentemente don Mario no desaprovechaba su retorno al departamento de Huehuetenango, por lo que de regreso, cargaba y traía en su camión banano, sal o maíz, para esas fechas el flete de éste grano lo pagaban a Q25.00.

A esta pequeña flotilla de camiones le hacía falta algo importante, los pilotos, con mucha nostalgia don Mario recuerda a Joaquín Briz y Beto Briz como sus primeros compañeros de ruta, los tres pilotos eran llamados por los habilitadores de las fincas, estos habilitadores recibían telegramas en los cuales les solicitaban personal para trabajar en las mismas, y entonces, eran justamente estos tres amigos pilotos quienes transportaban a un aproximado de cuarenta trabajadores en cada camión para diferentes fincas.

Como parte de la vida, don Mario Roberto Sosa lamentablemente por esas fechas perdió a su querida madre doña Rosita Sosa; en medio de la ausencia de ella, la carga de trabajo y la falta de tiempo, don Mario empezó a ir a hacer sus tiempos de comida con una amiga de su mamá, y en este comedor conoce a la hija de la señora que preparaba sus alimentos, ella era Estela Raquel López Chávez, después de algún tiempo de conocerse, don Mario Sosa se da cuenta de que ella es el verdadero amor de su vida y deciden casarse en el año de 1954.

Los buenos tiempos empezaron a llegar, después de su matrimonio, don Mario Sosa más motivado que nunca, se había dado cuenta de que existía la necesidad latente de movilizar a las personas dentro y fuera del departamento, por ello, compró su primer vehículo para transportar pasajeros, éste fue automotor con carrocería cerrada tipo panel la cual él mismo modificó, le abrió ventanas y le puso asientos; posteriormente, compró una camioneta de segunda mano, esta era grande y con parrilla, tuvo asignada únicamente la ruta al municipio de Aguacatán Huehuetenango, con aproximadamente 29 años de edad, don Mario Roberto Sosa ve que el servicio de transporte de pasajeros comienza a tomar forma de realidad y no más de un sueño.

Don Mario Sosa siempre se había caracterizado por cumplir con sus obligaciones financieras, así que con esa solvencia, solicita un préstamo a Petróleos Gulf y ellos gustosamente se lo dan, cuenta don Mario que aún guarda las cartas en las cuales le felicitaron en varias ocasiones por su pronto pago, con este préstamo él tuvo la oportunidad de comprar buses y aperturar formalmente Transportes Los Halcones el 1 de octubre de 1966; el nombre de Los Halcones fue idea de su hermano Marco Tulio Sosa, por aquel tiempo, estaban de moda los nombres de buses en base a los nombres de distintas aves como el cóndor, el águila, las golondrinas y otros, así que, don Tulio Sosa, comparte esta idea con su hermano y le dice que Los Halcones suena muy bien, que el halcón es un ave con una agilidad y velocidad impresionante, con un sentido de la vista magnífico, perfecto aspecto físico y denominada como una de las mejores aves rapaces que existen; con tales características era imposible no tomar en cuenta ese excelente nombre para los buses, comenta el señor Sosa.

Entonces, con el préstamo que le había dado Petróleos Gulf, don Mario Sosa adquirió inicialmente dos buses y al poco tiempo compró un tercer bus; con esos buses de capacidad para 20 pasajeros, se trabajó únicamente el turno de 07:00 y 14:00 horas de Huehuetenango y Guatemala, el precio del boleto era de Q3.00, y como primera encomienda se fue tan solo un sobre por un valor de Q0.15, las oficinas que empezaron a recibir a los pasajeros estaban ubicadas en donde actualmente hoy está la SAT, en la 12 avenida zona 1, a un costado de la iglesia catedral de Huehuetenango, las mismas eran de adobe y teja, por supuesto, alquiladas; las oficinas en Guatemala estuvieron ubicadas en zona 1 inicialmente.

Los esposos Sosa López recuerdan con especial afecto al recurso humano que les apoyó incondicionalmente a dar estos primeros pasos como Transportes Los Halcones, su primer oficinista en Guatemala fue José Ángel Villatoro y el señor Sajché el primer oficinista que laboró en Huehuetenango, hicieron memoria de aquellos primeros mecánicos, los señores José Luis López y Leonel López; los primeros pilotos fueron los señores José Luis Sosa Villatoro (QEPD) y Antonio Sosa Villatoro (QEPD) con quienes siempre trataban de estar en comunicación, puesto que les apreciaban de manera muy especial; cuentan que siempre tuvieron copilotos, pero que han pasado los años y no recuerdan sus nombres, sin embargo, formaron parte del primer equipo de trabajo que día a día lograban dar un excelente servicio a sus pasajeros.

Conforme los años pasaron, la familia Sosa López creció, tuvieron a sus hijos Mario Roberto, Rosa María, Vera Yanina, Fabiola Iwette, Beatriz Eugenia, Claudia Roxanda y Carlos Fernando; don Mario Sosa estaba agradecido con Dios por su familia y por la empresa que continuaba creciendo, y gracias a este crecimiento cumplió con los pagos del préstamo, ahorró y empezó a invertir como todo buen emprendedor.

Su inversión naturalmente fue enfocada a Los Halcones, así que don Mario Roberto Sosa y Troi Summers fueron a Ohio y compraron dos buses más, después, viajaron los esposos Sosa López a Florida a comprar otros dos buses; con la ayuda del hermano de doña Raquel de Sosa don Ramiro López Chávez fueron a Los Ángeles a comprar dos buses más, los cuales eran de la Motor Coach Industries, una multinacional fabricante canadiense de autobuses.

Su hijo Mario Roberto Sosa López, entra a trabajar en el negocio familiar en el año 2002, define el slogan para Los Halcones, y queda entonces la línea clara que marca el tipo de servicio que brindará la empresa transportista, desde ese año hasta ahora, han cuidado de cumplir esmeradamente el slogan de: Experiencia, Seguridad y Confianza.

Don Mario Roberto Sosa López fue el responsable de comprar en Orlando Florida 10 buses MC10, los cuales detallan que les vendieron en tres mil dólares los que no arrancaban y en cinco mil dólares los que sí, al poco tiempo, nuevamente le dan la responsabilidad a su hijo de comprar otros cuatros buses, estos fueron MC12. Aprovechando el crecimiento exponencial de la empresa, la flotilla debía de seguir creciendo, por ello, los esposos Sosa López compraron en Guatemala dos buses Marcopolo 11 en el 2011 y dos buses Marcopolo 13 en el 2013; el 24 de noviembre de 2017, don Mario Sosa, doña Raquel y su hijo Mario Roberto viajan a Brasil para comprar los Irizar 2018; pensando en una alternativa de bus pequeño que sirviera para complementar turnos, doña Raquel de Sosa en el año 2018 compra en Guatemala los micro buses Volare; en plena pandemia pero seguros de que se regresaría a una nueva normalidad, deciden estar preparados con mejores buses para sus clientes, por ello, recientemente adquirieron los dos buses Scania 2020 y están a pocos días de darles la bienvenida a dos buses más, los Marcopolo 2022.

Hoy, un matrimonio sólido de casi 68 años, con hijos trabajadores y nietos cariñosos, don Mario Roberto Sosa y su esposa doña Raquel de Sosa voltean a ver el pasado, y en esa vista rápida de recuerdos pasaron imágenes por su mente de cómo inició ese sueño de tener una gran familia, una exitosa empresa, aquel momento cuando se retiró un socio pensando que no era un buen negocio, cuando elegían a sus pilotos para garantizar un viaje cómodo y seguro a sus pasajeros, a aquellas familias que llegaban llorando a decirle adiós al joven o a la señorita que se iban a la gran ciudad capitalina a cursar la universidad, la escena en la que la esposa e hijos iban a dar el último abrazo a papá porque se iba a los Estados Unidos, a aquellos novios darse el último beso porque había una mejor oportunidad de trabajo en Guatemala, a aquel sobrino que vino a visitar a los tíos y a los primos, a esas mujeres que iniciaban a empoderarse y buscaban mejores oportunidades fuera de Huehuetenango.

Y al terminar ese carrusel de memorias mientras me contaban la verdadera historia de Transportes Los Halcones, con una gran sonrisa de satisfacción y felicidad, doña Raquel de Sosa me comenta que para ella Los Halcones significa “todo”, por las enseñanzas aprendidas al convivir con las personas, por la experiencias vividas y por los momentos buenos y malos que como pareja y familia en la empresa han disfrutado y aprendido; don Mario Roberto Sosa López, con 95 años de edad, cierra esta parte de la historia diciéndome: “Para mí Los Halcones es TODA MI VIDA, mi ilusión siempre fue tener los transportes”.

Huehuetenango 2023